Llevo meses
queriendo regalarle un post, en parte por que me gusta la frase completa “Daniel
en el foso de los leones” (de los creadores de El diluvio universal y
protagonizado por Harrson Ford llega a nuestras pantallas … ), en parte por que me lo he pasado muy bien con
él y con Noé en clase, y en parte porque es la persona que más me ha ensañado
de iconografía. Si bien hay que señalar que es muy difícil ( teniendo mi edad)
no conocer a ningún Daniel o David ( o no?), pero a mi me caen mejor los
Danieles ( son menos presuntuosos y tienen menos porte regio :P ) y Miguel
Angel ya nos ha dicho todo lo que hay que saber sobre los Davices.
El libro de
Daniel es el sexto libro de los profetas, por delante están: Isaias, Jeremías,
Lamentaciones de Jeremias, Baruc, y Ezequiel. Lo conforman catorce trepidantes capítulos
en los que encontramos a dos reyes diferentes, fuego, leones, interpretación de
sueños enigmáticos, viejos verdes y niñas inocentes ( bueno solo una) otra vez
leone … En resumen; los grandes clásicos bíblicos.
Daniel era un
afortunado muchacho bendecido con un don divino: el de la palabra, la oratoria
y la justicia ( entre otros). De echo Daniel quiere decir: justicia de Dios.
A nuestro
profeta/domador se le conoce por dos hechos principales: Sus idas y venidas con
los Leones de Babilonia y el hollywoodiense salvamento de la casta Susana. Sin
embargo hay otros motivos iconográficos salidos del libro de Daniel: Los tres jóvenes
en el horno de fuego, y Ezequiel camino de Babilonia, las cuatro bestias del
apocalipsis y el anciano de días. Así que,
vayamos por partes.
Imaginaros al
joven Daniel, bendecido con el don de la interpretación de los sueños,
pululando por la corte Babilónica, muy lógicamente ( como tb pasaría con José),
Daniel acabaría por gozar del favor del rey hasta que … digamos que la lía parda desobedeciendo a
Dario. Asíque dijo Dario: ¡a los leones con él! Y metieron al pobre Daniel en
un foso lleno con estas bestias. Dario fue a la mañana siguiente al foso y
pregunto: “Daniel, siervo de Dios vivo, el Dios tuyo […]¿ha podido librarte de
los leones?” y Daniel contestó: “¡vive por siempre, oh Rey!, Mi Dios ha enviado a su ángel, que ha cerrado
la boca de los leones par que no me hiciesen mal” [para saber más: Daniel 6, 20 - 25]. Y así
fue como vieron los visigodos la escena:
Ejemplo de la
elocuencia y sabiduría del profeta ( aunque ya me diréis vosotros a quién
podría predicar un profeta sin elocuencia … ), es la salvación de Susana.
Susana era una joven hermosa y “temerosa de Dios”, es decir, casta, pura,
tímida, y en el buen camino, que un día decidió darse un baño en el jardín de
su casa, que estaba resguardado por una tapia alta. Había en el pueblo unos
ancianitos muy majos que se pasaban día si día no por casa de Susana y su
marido y dice la biblia en esta parte “estaban heridos de amor por Susana” (
ejem, ejem, ejem … ). Total, que los viejetes se dijeron: vamos a espiar a
Susanita a ver si le vemos el ratón ( tenía que hacer el chiste, sino no
duermo). Pero no contentos con ver, quisieron tener, y se abalanzaron sobre la
muchacha. Los pillaron, la acusaron de “fresca” levantando falso testimonio y comenzó
un juicio. Estaba ya Susana, tras el juicio, a punto de ser llevada a la muerte
cuando Dios despertó en Daniel el gen de la palabra y entre la muchedumbre alzó
la voz Daniel, este era aún un polluelo joven pero habló tan bien que salvó la
vida de Susana y condenó a los viejetes ( uno de esos finales de peli en el que
las cosas se han liado tanto que para arreglarlo todo ponen a alguien a dar un
discurso apabullante). Adviértase que
Susana en hebreo quiere decir lírio, y que el lírio es en la iconografía
cristiana un signo de pureza que aparece en todas las Anunciaciones … Además,
Susana forma parte de las Comendatio Animae paleocristianas. ( uuuuu y adviértase
que … Daniel intervino en un juicio por obra de Dios, osea el es: justicia de
Dios ).
Por último
como profeta, tuvo Daniel una serie de visiones, entre ellas la del Anciano de
Dias ( que supongo no tengo que explicar).
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