viernes, 23 de marzo de 2012

Olivetti letra 25

Hoy encontré mi Olivetti en el desván, supongo que no ha sido casualidad. Al volver a tocar sus teclas y sentir su voz cascarrabias resonando por la casa pensé que ojala pudiera vengarme a puñaladas de Olivetti del mundo entero, destruirlo, reconstruirlo y destrozarlo una y otra vez, pero lamentablemente ni mi Olivetti ni mis palabras poco iluminadas pueden hacer algo por cambiar las cosas. Mucho griterío y pocos terromotos son los que nos asolan, las buenas ideas se pierden entre la muchedumbre.
Ojala de nuestra vida se pudieran tachar nombres a golpe de rabiosa tecla. No se puede. Mejor sería poder borrarlas usando una teclita mágica, no se puede, o al menos sacarles volumen para que no consuman nuestros sesos.

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