domingo, 8 de enero de 2012

No rías, no ames, no vivas


No hables nunca, no rías nunca ni nunca tengas esperanza en nada. A cada paso que des quebrarán tus ilusiones, tus ansias, robaran tus sueños y harán trizas cada maña los deseos que habrán crecido a la sombra de Morfeo.
A partir de ahora no creas en nada, ni en ti, ni en él, ni en ellos. Camina como un autómata entre las nieblas de tu vida, y no te aferres a nada, por que lo arrancaran de tus brazos. Y cuando hayan sembrado en ti la semilla del amor, una mano invisible y fría arrancará lo nacido en tu corazón llevándose entre las raíces una parte de el.
Así llegarás, sola y vacía, sin haber marcado la tierra, sin haber respirado su vida, arañada por las manos de los que no dejaban de pedirte cosas en el camino, magullada por todos aquellos han querido llevarse parte de ti y lo han hecho. Nadie te agradecerá nunca nada, nadie será capaz de ver en ti el hogar perfecto, la lumbre de la ternura irradiando luz en pecho. Jamás. Te creerán un vaso vacio, un pájaro libre al que no le importa nada, solo el viento cambiante. No verán en tus ojos de águila la nostalgia de la casa materna, ni en tus alas el anhelo de una jaula de pasión, amor y consuelo.
Así llegarás, sola y vacía, sin haber marcado la tierra, sin haber respirado su vida, por que a ellos no les dijeron como ver entre lo excelso, el resplandor de lo tierno. No lo verán en ti, ni lo verán ellos, han olvidado todo lo bueno, absurdos vagabundos en busca de pasiones con las que matar su tiempo, sin darse cuenta de que ellos mismos son sus dueños, de que no tienen que pedir por que les regalan, de que no tienen que robar por que les dan. Tu eres como ellos.
No hables nunca, no rías nunca, nunca tengas esperanzas ni sueños. Te los arrebataran en un suspiro, más rápido y profundo que una ráfaga de viento, y nada se enrededara en tu pelo, ninguna mano amorosa dormirá en tu pecho. Sola y vacía, como ellos. Vagabundos ciegos.

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