jueves, 1 de diciembre de 2011

Online

Vivo pendiente de mi bandeja de entrada. Pendiente de un código binario, de una pantalla, de un sonido, de un chispazo. Vivo pendiente de tus manos sobre el teclado, de tus sonrisillas amarillas, de tus caritas de diablo. Colgados de kilómetros de fibra óptica, soñando que saltamos el abismo del universo, que estamos uno al lado del otro, muy cerca, sintiendo sobre nuestra piel la calidez, no de nuestras manos, sino de nuestros portátiles.
Lo siento. No es vida. No nos lo merecemos. Somos mejor que eso, somos mejor que un sueño en la distancia, que una estrella inalcanzable en el firmamento. Yo no quiero su distante compañía, brillando a lo lejos en las noches frías. Somos mejor que eso, merecemos algo mejor que eso. Algo mejor que una cita en el tiempo, que el hacer el amor con los cascos de un ordenador. Somos mejor que eso.
Y sin embargo, nuestras almas de gatos no nos dejaran nunca recortar kilómetros. Tu nunca vendrás a mis llamadas, yo nunca buscaré tu consuelo. Esperare sentada, quizás a oscuras, entre la neblina azulada que sale de la pantalla, y en algún momento, entre lágrima y lágrima llegara el aviso: estas online. Quebrar la pantalla, vernos las caras, ambos sabemos que no lo haremos, demasiado cobardes, demasiado sinceros. ¿Nos gusta lo que tenemos?
Si, online. Pendientes de un fino hilo. Caeremos juntos al vacio … del olvido. Serás nada cuando el llame a mi puerta, cuando me haga comprender con sus labios que no eres más que un fantasma del ciberespacio. Seré nada cuando ella aparezca y te diga, a golpe de caricias y abrazos, que solo soy una pantalla, un eco de una voz muy lejos en la distancia. Y sin embargo, sin ser reales nos dolerá como si lo hubiéramos vivido, como si de verdad nos hubieran arrancado una parte de nuestra alma, una parte milenaria que buscábamos desde el comienzo de los tiempos.
… Y seguiré desenado por siempre un beso tuyo, seguirán mis labios ardiendo al pronunciar tu nombre, toda mi piel seguirá alterándose, como si me hubieras tocado, como si yo te hubiera amado seguirá mi corazón sangrando, hasta que nos crucemos un día y, quizás no nos reconozcamos. ¿Qué me has echo?¿qué nos ha pasado?
Te dejo. Estas online.

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