que mis besos se marchitarán sobre mis labios
antes de entregárselos inmerecidamente
a conquistadores de amantes campos
A veces creo que no se me puede amar
como si sobre mis colinas voluptuosas
reposara algún cruel castigo.
Os comprendo rosa, alecrín y cardo,
con vuestras lágrimas de rocío
sobre vuestros pétalos inmaculados,
ofreciendo vuestra soledad
al sol distante y albo.
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