
El color de las cabezas de las cerillas me tiene encandilada, y el olor despues de apagar una. Que cosas, ¿no?
Al fin y al cabo yo no sueño con cerillas y un bidón de gasolina. No me gusta como huele la gasolina ... que asco.
Y en invierno, cuando Göttingen era frío y blanco y las carpas quedaron atrapadas bajo el hielo del estanque no necesité calentar mis manos con cerillas, los guantes eran suficiente.
Sin embargo creo que puedo darle la razón a Laura Esquivel y su teoria de los cerillos. O bueno, mejor dicho, le doy la razón a la abuela de John, la india quiquepueia ( no se si lo he escrito bien). ¿Acaso no hay gente en este mundo que os enciende las cerillas? ¿con la que hablar aunque solo sea un minutin os recarga las pilas?
No hos quedeis fríos, que no se os mojen los cerillos !!!!!!!!
CONTINUARÁ ... ( con más teorias sobre almas ...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario