Autor:Carmen Martín Gaite
Titulo: Lo raro es vivir.
El titulo y la
brevedad prometían una de esas novelas bombón ( como las llama Rosa Montero)
que nos marcan con ideas o imágenes que tienen o no algo que ver con nosotros
mismos. Prometía, digo, y no me equivoco en el tiempo verbal, pues después de
un intrigante primer capitulo la novela cae en una línea sin destino claro en
el que el lector ( o al menos yo) quiere retomar continuamente la línea de las
primeras páginas. Simplemente pasan cosas que solo tienen como eje de unión las
idas y venidas de la protagonista y algún otro personaje secundario, lineal y
poco profundo, que no aportan nada más que cierta flexibilidad al discurso
narrativo.
La
protagonistas es la excusa utilizada para sumirnos en la superflua reflexión de
que “lo raro es vivir”. Y digo superflua porque así se queda, como una idea
suspendida sobre la novela a golpe de repetición, pero que no va más alla: “lo
raro es vivir”, se repite varias veces a lo largo del discurso narrativo. ¿Y
qué? No hay nada en la narración que profundice en la idea. Quizás el error no
es la narración si no un titulo demasiado ambicioso para una novela que no pasa
de lo anecdótico.
Y por cierto,
mi decepción es doble en tanto que la protagonista es una historiadora del arte
sumida en el cavernoso mundo de la investigación en archivo. Entiéndaseme bien,
no es que crea que somos ratas de caverna, de ojos pequeños y lentes gruesas,
escondidas tras torres de papeles que huelen a viejo, lo que pasa es que la
novela no va más allá de esa imagen, de ese cliché común a historiadores del
arte, arqueólogos y bibliotecarios.
En resumen, uno
cierra el libro y piensa : aquí falta algo. Ahora bien, quizás no le falta
nada, quizás lo que falta es yo misma reflejada sobre los párrafos de la
narración.
1 comentario:
Vaya mierda, odio esos libros de títulos prometedores que luego no valen nada, y también odio las joyitas camufladas en títulos que ni fu ni fa! Basta ya hombre!
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