martes, 16 de octubre de 2012

Leila's Hair Museum

          Mientras mi cerebro se colapsa con productos químicos anticonstipado-fiebre-lo que sea, no sé como, ni por qué he encontrado este museo en una clasificación tipo: "Los museos más bizarros del mundo".
                                                              
          La verdad es que a mi no me parece tan bizarro coleccionar obras artísticas de pelo humano de la época victoriana, lo bizarro sería coleccionarlas de nuestra época actual, y bueno un poco rarito, tengo que reconocerlo, si que es lo de coleccionar mechones de pelo de celebrities (a falta de boli y lápiz siempre siempre se puede gritar: ¡dame un mechón y un hijo tuyo! (por pedir que no quede). 
          Las creaciones victorianas de pelo humano están muy ligadas a la joyería de luto, de hecho si entráis en el  colecciones de la web del museo encontraréis un apartado dedicado a broches y otro tipo de joyas de luto que los ojos expertos no dudarán en relacionar con la vanitas barroca (<----------No pienso explicar la relación ahora, perezaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa). 
           Para entender este tipo de práctica es necesario hacer un pequeño y a la vez dificil ejercicio: imaginar un mundo en el que las fotos son un producto de lujo, no hay móbiles, ni i-pads, ni cámaras de vídeo, un mundo donde guardar la imagen de un ser querido es verdaderamente una odisea. El pelo, dado que esta hecho de aminoácidos, no se degrada, y por tanto es una de las reliquias más fáciles de conservar ( y a la vez de obtener) así que, muy lógicamente, al fallecer una persona querida, se le cortaba un mechón de cabello. A nuestros ojos dicha práctica nos da repelús, pero ... ¿y que hay de la Edad Media? ¿No se tráfica con reliquias peores? ¿No os ha parecido nunca romátiquisimo que el amado que parte a las cruzadas se lleve un mecho de pelo de su dama bajo la armadura? ¿No os parecio hermoso y descarado que Gimbli el enano le pidiera a Galadriel uno de sus rizos dorados antes de abandonar el Bosque( El señor de los anillos: la comunidad del anillo)?
       En fin, continuemos: lo más normal es que la mechita de pelo se guardara en un medallón-relicario, con su correpondiente trabajo de orfebería acorde con el tema ( os remito de nuevo a la parte de joyeria de la web), pero también podían hacerse cosas artísticas, casi escultóricas, que eran encargadas a los peluqueros de la época. Los peluqueros, a su vez, eran una especie de indiana jones que se paseaba por los manicomios de la ciudad buscando pelo humano de calidad, y es que la práctica llegó a ser tan habitual que aquello que era propio del luto llego a impregnar otros hábitos de la vida cotidiana.
        Lo que de verás me pregunto ahora es si en verdad le acae bien el titulo asecas de "museo de pelo"? Es decir ... pelo ... ¿En realidad se espera uno lo que va a encontrar dentro? La verdad es que no se me ocurre un nombre mejor, pero tampoco es que el bautismo me parezca apropiado. Por cierto, el museo de Cultura Sepulcral de Kassel cuenta con ejemplares similares a los que forman la colección del Leila's Museum. 

1 comentario:

Laurasan_ dijo...

Como concepto es muy bonito ahora en la práctica... tu vas a San Antonio de Padua y empiezas a ver la de mechones que le lleva la gente al santo y te da un repelús... aunque es verdad que todas las reliquias tienen un algo deasqueroso y a lavez de asombroso, mágico y único.